Tiago y Griezmann, los destacados junto a Mandzukic. |
Al partido se llegaba en esas condiciones climáticas y con otro chaparrón encima: la vergonzante persecución mediática (impulsada mediante filtraciones interesadas por el Barcelona) que ha sufrido el club a través de su capitán y su entrenador. Dos temporales que podían hacer presagiar un partido complicado porque el del Eibar no es un campo fácil de por sí, y menos si está inundado, y porque en esas condiciones la concentración es más necesaria que nunca y había que comprobar cómo habían afectado la eliminación de Copa y las polémicas posteriores. En estas situaciones siempre es consolador ver sobre el campo a un tipo como Tiago, con su experiencia, su temple y su calidad. Sabe qué hacer en cada momento y hoy tocaba complicarse más bien poco.
A los seis minutos, como por abajo la cosa no podía rodar, buscó por alto a Raúl García que controló hacía Griezmann. El francés, en estado de gracia, marcó ante la salida de Irureta. Lleva cinco goles sólo en enero. El Atleti se dio cuenta de que el Eibar iba a tener dificultades en sacar el balón jugado y no quiso arriesgarse a conducir el balón demasiados metros. Optó por una presión alta sobre el contrario para robar el balón lo más arriba posible, evitar cometer errores en la salida del balón y no dar opciones al rival. El resultado fueron dos goles en el 23 y 25 obra de Mandzukic.
A partir de entonces el Atleti se dedicó a pensar en el siguiente partido. Mantuvo el control del encuentro y entraron algunos de los menos habituales para dar descanso a otros titulares que tendrán que batirse el cobre ante el Real Madrid el sábado. Sólo al final el Eibar consiguió el gol en su segunda aproximación con peligro a la puerta de Moyá.
Conversamos en el twitter de SomosAtleti y en el de Jose Vallés.
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