16 oct 2017

Más pitos a Piqué que a Cristiano en el Metropolitano

El Metropolitano ya tiene un nuevo hito con pinta de perdurar. El del jugador más pitado del nuevo coliseo: Piqué. Dudo que semejante honor se lo arrebaten Cristiano Ronaldo o Sergio Ramos, perdónenme el vaticinio. Y lo curioso es que la pitada no responde a una rivalidad deportiva sino que es la respuesta al ejercicio de la libertad de expresión del jugador y su opción por el derecho a decidir, quizás, por la independencia de Cataluña. No fueron todos pero sí fueron muchos los aficionados que decidieron seguir la corriente y por tanto el Metropolitano no se ha diferenciado de otros campos de España; no se ha diferenciado del Santiago Bernabéu. Podríamos haber sido diferentes y no haber seguido la corriente, ya que estamos orgullosos como afición de diferenciarnos de los que eligen lo fácil, lo simple, lo común, lo vulgar; vaya lo que, con perdón, pensamos que representa el Real Madrid. Pero en esto no hemos sido diferentes y nos hemos sumado a la pitada al diferente que abre la boca y expresa en público lo que quiere aunque no sea del gusto de la mayoría y le genere antipatía. Ay del día que seamos nosotros los que expresemos algo que no guste a los demás, pero bien, estamos en nuestro derecho y vamos y pitamos, como hacen los demás, como hacen los vikingos.


Y lo hacemos con decidido fervor porque la pitada no se limitó a los primeros toques de balón de Piqué en el partido, ni a algún gesto chulesco de parte del jugador o a algún error que pudiera ser objeto de mofa o reprimenda en orden a minar su moral. Que todo eso podría tener su gracia. No. Los pitos duraron todo el partido, en cada toque de balón acompañados, según quién, por insultos y expresiones xenófobas extensibles a cualquier ciudadano de ese trozo de España habitado por españoles, llamado Cataluña.

El asunto, más allá de las consideraciones políticas que quiera hacer cada cual y que a cada cual compete si gusta de mezclar fútbol y política (cosa que generalmente se denuncia cuando la hacen en Barcelona), no deja de llamar la atención por la virulencia con que se desarrolló.  A un servidor al menos le extraña que en un estadio de fútbol poblado de atléticos de los que se puede decir que en cada uno de ellos, en mayor o menor medida, habita un antimadridista, se pite más a Piqué que a Cristiano, por poner un ejemplo. Porque al portugués, a quien se le tiene una manía tanto deportiva como personal considerable (y añadiría que justificada y merecida), o a Sergio Ramos,  que como el anterior, nos han amargado los que iban a ser los mejores momentos de nuestras vidas, no se les ha pitado en el Calderón tanto como a Piqué. Por lo menos no se les ha pitado así un partido entero sin parar.


En fin, lo mismo a partir de ahora la afición del Metropolitano se pone las pilas y pensando en socavar la moral de Cristiano o de Ramos, les revientan los tímpanos en cada toque de balón. O lo mismo a Ramos no porque como diría Rajoy es “español y mucho español”, y lo demuestra en sus declaraciones públicas, y eso está ahora por encima de todo, incluso de un título de Champions (¡Démosle un aplauso, pues!). Puede que esto no sea más que un reflejo de lo que pasa en la sociedad. Nadie va a organizar una deportiva pitada contra los trabajos precarios, contra la no devolución del rescate bancario, la amnistía fiscal, la corrupción o los recortes en brigadas antiincendios que facilitan que los bosques de España (ay, pobre España) desaparezcan poco a poco. Ahora, por lo visto, que a nadie se le ocurra decir “vull votar”, que se las verá con el Metropolitano. 

Lo hablamos en el twitter de SomosAtleti.

18 sept 2017

La placa y la caca


La placa de Hugo Sánchez, atacada

¿Es usted de los que coge caca de caballo de los alrededores y la coloca sobre una brillante placa dedicada las leyendas del Atleti? ¿De los que escupe, tira desperdicios, colillas, latas, vasos… vaya, mierda en general ensuciando un espacio a estrenar en el histórico día de fiesta de todos los Atléticos? Enhorabuena. Ha logrado su momento de efímera y anónima gloria en esos medios de comunicación pendientes de encontrar un borrón en un día fantástico. No lo encontraron en el resultado del partido; no lo encontraron en el funcionamiento general del estadio; no lo encontraron en la espectacular fiesta de inauguración; no lo encontraron en el comportamiento de los aficionados… Salvo en lo referente a la placa de Hugo Sánchez.


Le imagino, anónimo atlético de pro, cargando no sé muy bien de qué manera con la caca recién excretada, aún humeante, de los caballos policiales. Imagino que tal hazaña le hará creerse el más osado y el mejor de los atléticos. Le imagino haciéndoselo saber así a sus íntimos: “¡cogí la caca y la esparcí por la placa!”. Y ellos aplaudirán, como han aplaudido su iniciativa y han colaborado con sus propias aportaciones a ensuciar la placa otros valientes atléticos. ¡Puro “coraje y corazón”! como reza el lema en el que muchos atléticos nos fotografiamos justo al lado.

Confío en que la respuesta general desde dentro de la afición a este lamentable y asqueroso hecho no sea el exculpatorio “se veía venir” o “esto pasa por haberla puesto” que se lee de forma casi unánime (junto a muestras de apoyo) en las redes sociales.  Prácticamente ni una condena al acto vandálico contra una placa que conmemora el trabajo realizado por un jugador que fue “pichichi” con el Atleti y le dio una Copa del Rey con sus dos goles en la final contra el Athletic de Bilbao, independientemente de lo que fuera su historia posterior con el Real Madrid. ¿En qué lugar nos deja como afición consentir ese tipo de actitudes?

Una actitud que contrasta especialmente con la respuesta del afectado. A la mierda y al desprecio, Hugo Sánchez ha contestado con un respetuoso, cariñoso y ejemplar tuit, acompañado de la foto de uno de sus goles de rojiblanco: "Felicidades Atlético por el nuevo estadio Metropolitano. Nuevas metas, nuevo camino, nuevo destino, siempre orgulloso y siempre grande". El Kun Agüero, otro de los “ensuciados” en el Paseo de las Leyendas, se adelantó a la inauguración con otro recuerdo a la hinchada: “Lo mejor para toda la gente del Atleti en su nuevo estadio Metropolitano. Que sigan haciendo historia como en el Calderón.”



No hace falta que todos y cada uno de nosotros los tengamos en nuestro santoral, faltaría más, pero el mínimo respeto debería caracterizarnos como afición. Aquí ya hemos comentado que el club podía haber hecho mejor la selección de las Leyendas y que se han cometido injusticias. Pero no se trata de eso. Se trata de saber qué tipo de afición somos, de si ésta es la mejor forma de expresarnos y de si queríamos ensuciar el estreno del Metropolitano con mierda de caballo.

Lo comentamos aquí o en el twitter de SomosAtleti.


2 sept 2017

Leyendas rojiblancas para todos los gustos

¿Hugo Sánchez, leyenda rojiblanca?

Ser una leyenda del Atleti es obvio que no depende, o no sólo al menos, del número de partidos que se hayan disputado con el equipo. Claro, que basarse sólo en los títulos que hayan logrado los jugadores tampoco garantiza acertar con todas las leyendas. No pocos mitos se han forjado en la épica de la derrota, y de eso el Atleti tiene para escribir libros legendarios. Encontrar la forma perfecta de rellenar el paseo de las leyendas del Metropolitano definitivamente no es fácil. Las críticas al club por el sistema elegido (una placa para cada jugador que haya disputado más de cien partidos con el Atleti) se basan en que esa lista incluye algunos jugadores que dejaron de ser queridos por parte de la afición mientras que otros quedan fuera. Pero nadie ofrece alternativas más allá de proponer incorporar al Paseo algunos nuevos nombres de jugadores (y de paso olvidar otros). Nada que resulte un sistema más justo capaz de satisfacer a una afición donde cada uno tiene sus filias y sus fobias. (A última hora de ayer, mientras escribía estas líneas, la Peña Los 50 hacía una propuesta interesante aunque poco concreta de solucionar el problema).


Está claro que nadie le va a negar a Adelardo su condición de leyenda, ya sea por sus partidos jugados de rojiblanco (550), como por sus títulos (3 Ligas, Recopa, Intercontinental, entre otros). Tampoco dudará nadie su condición de leyenda rojiblanca a Luis Aragonés, Escudero, Futre, Pantic, Kiko y otros muchos. O a Fernando Torres,de largo el jugador en activo más adorado aquí y fuera de España. Aunque más allá de sus partidos jugados con el escudo, apenas puede presumir del título de campeón de segunda división defendiendo nuestros colores. Poca cosa para una leyenda, ciertamente, y aún así que nadie se atreva a discutirlo. ¿O sí? Lo mismo hay alguno que lo discute. El caso es que si alguien propone limitar las leyendas a los jugadores que hayan ganado títulos para el Atleti que se olvide de Torres y se quede, por ejemplo, con Hugo Sánchez, leyenda… que luego fue madridista y se ganó la antipatía general.

Pero claro, ¿quién dudaba en 1985 que Hugo Sánchez, pichichi de la Liga y campeón de Copa con el Atleti era ya una leyenda rojiblanca? Aquellos saltos acrobáticos con cada gol vestido de rojiblanco tenían en aquellos años de escasez un evidente carácter taumatúrgico sobre la grada… justo antes de que Gil se lo vendiera al Real Madrid. Perdón, que no fue Gil sino Vicente Calderón, otra leyenda rojiblanca.

¿Y quién discute a Reyes, que dio su mejor versión en el Atleti y ganó la Europa League de 2010 y la Supercopa posterior en la que fue elegido mejor jugador? ¿Eso y sus 154 partidos de rojiblanco no merecen alguna honra? Claro, luego hay declaraciones y actitudes que no gustan y su recuerdo ahora está por los suelos. Como le pasó a Agüero, probablemente el mejor jugador de fútbol que ha vestido la camiseta rojiblanca en los últimos años pero al que algunos le retirarían su condición de leyenda pese a los partidos, la gloria y los títulos que nos dio, por su lamentable forma de marcharse. ¿Qué importa más, lo que hizo un jugador con la camiseta o lo que hizo cuando se la quitó? Sinceramente, no tengo clara la respuesta. Peor aún, mi respuesta podría depender de mi aprecio personal por el jugador en cuestión lo que hace aún más difícil establecer un criterio general.

Ellos quizás no sintieran realmente los colores pero otros sí lo hicieron aunque jugaran pocos partidos ¿Qué decís de Hasselbaink (47 partidos)? ¿Y de Pizo Gómez (92)? ¿Recordáis las lágrimas de desolación del holandés tras perder la final de Copa en Mestalla ante el Espanyol el año del descenso? Están en la retina de muchos aficionados porque pocos futbolistas del Atleti han llorado como él. Y qué hacemos con la garra inquebrantable de Pizo, un rudimentario jugador que aguantó todo tipo de burlas, insultos y agresiones de Michel, Gordillo, Hierro y Ruggeri. Aquellos encontronazos lamentables y la persecución de la que fue objeto Pizo Gómez por aquel “clan de las Rozas” como se les conocía, fue tan brutal, que Luis Aragonés lo usó un año después para motivar a Futre antes del partido de Copa que ganamos al Madrid en el 92 con Pizo lesionado. Y funcionó. No sé si Hasselbaink o Pizo merecen entrar en el Paseo de las Leyendas pero al menos lo suyo forma parte del conjunto de epopeyas rojiblancas, qué duda cabe.

La solución, creen algunos, pasaría por realizar una encuesta. ¿Entre abonados? ¿abonados y socios? ¿abonados, socios y simpatizantes inscritos previo pago de una pequeña cuota simbólica? ¿Hacemos una encuesta sobre la manera de encuestar? Porque les aseguro que también habrá polémica sobre ese particular. Incluso polémica sobre la polémica. El problema de una encuesta es que no resolverá nada. El resultado no gustará a la mitad de los encuestados y además es fácil que la historia reciente del club se sobredimensione y se generen grandes injusticias con un pasado también glorioso pero no tan vivo en la memoria de la hinchada, así que no crean que consultar a la afición iba a ser una gran solución por mucho que a todos nos gustaría participar en las decisiones del club. Tampoco descartemos que en una consulta de este tipo se colara un Torrisi, un Tren Valencia o un Pato Sosa si algún grupo inspirado se moviliza para liarla. Hay suficientes ejemplos recientes de programas de televisión “troleados”.

En definitiva. La iniciativa del club parece poco pensada. Con los cien partidos han buscado una solución objetiva, sí, pero poco elaborada y que deja mucho margen a situaciones injustas. Si nos atenemos a la definición de la RAE, leyenda es una “persona o cosa muy admiradas y que se recuerdan a pesar del paso del tiempo”. Muchos jugadores admirados van a quedar fuera del Paseo de las Leyendas pero a ver quién se atreve a elaborar una lista de consenso. Un comité de sabios nombrado por el club podría haberlo hecho pero desde luego la tarea no hubiera sido nada fácil.

Conversamos en twitter @SomosAtleti

14 dic 2016

De escudos y esencias


Nos ha tocado en Champions un equipo, el Bayer Leverkusen, que tiene lo que parece una aspirina en el escudo sin que eso le de mayor ni menor fortaleza, que sepamos, y eso que le acompañan dos bávaros leones a cada lado. Mientras, nosotros andamos soliviantados por las supuestas afrentas a la heráldica del nuestro por un gírame aquí la osa, un quítame el reborde dorado, un dejamos los colores básicos y un redondeamos por arriba para darle un toque actual y más vendible ahora que por fin se nos conoce allende los mares. A ver si con tanto bramar por la encarnación simbólica de nuestra esencia nos vamos a olvidar de repente de que la única esencia real de este club ha sido, es y debe ser siempre “ganar, ganar y ganar”. Esta sí es la frase que hay que rescatar de Luis Aragonés si hablamos de esencias, porque cuando nuestro querido mito rojiblanco dijo “usted no pise ese escudo”, no se refería tanto a su expresión física, a su dibujo, sino a lo que significa, a lo que simboliza. Vaya, que lo hubiera dicho igual si el escudo pintado en el césped hubiera sido el previsto para 2017 incluso aunque no le gustara mucho. No arriesgo demasiado al decir que él hubiera puesto mucho menos empeño en criticar el cambio de escudo que en pensar en la próxima victoria de su equipo. Es lo que ha hecho Simeone al restar toda importancia a la evolución de la insignia. Él sólo piensa en la esencia: ganar el próximo partido, que falta hace.



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Con todo, claro que el escudo es importante y claro que nos representa. Y por eso mismo, el escudo, que no deja de ser un logotipo, evoluciona y tiene que hacerlo con el correr de los tiempos como de hecho ha hecho en ya una decena de ocasiones sin que la esencia se quedara con nuestros ancestros. Cambian las banderas y los escudos de los países como el nuestro, cambia el escudo de las casas reales, como lo ha hecho el de Felipe VI, cambian los escudos de todos los clubes de fútbol y los logos de las marcas comerciales. Los equipos son ahora estas dos últimas cosas nos guste o no. El Atleti, gracias a Simeone, está en el mejor momento futbolístico de su historia y el cambio a un estadio espectacular es una oportunidad de proyectar aún más esa imagen triunfal a nivel internacional. Un escudo moderno, sencillo y más fácil de interpretar para quien no ha estado nunca en la Puerta de Sol puede acompañar este paso que nos coloque definitivamente a la altura de los más grandes de Europa. Oigan, que no han desaparecido las rayas rojiblancas, que la forma del escudo es la misma y ahí siguen las estrellas.


Yo comprendo que haya a quien pueda no gustarle el diseño escogido. También que se critique la falta de transparencia y que no se cuente con la afición, y resulta muy razonable la crítica de quienes piensan que esta decisión puede ser inoportuna porque divide a la afición y puede acabar desestabilizando al equipo. Pero conviene no llevar estos argumentos al extremo. Quizás se podría haber hecho de otra manera pero dudo que hubiera resultado más oportuna o hubiera evitado las quejas y el debate. Estamos acostumbrados a que cualquier cosa que salga de la directiva (salvo el fichaje de Simeone, que como todo el mundo sabe fue cosa de Indi, la mascota) esté mal hecho, sea una estafa a los socios, a la afición o al propio club. Muchos la consideran ilegítima y por tanto sus decisiones también lo serán. Tienen razones y argumentos para ello pero el “no a todo” deja poco margen al debate. Punto y aparte, pues.

Otra cuestión es si más allá de cómo nos caigan los gestores, la medida puede ser positiva o no y cómo reaccionar ante ella. Y francamente sorprende la reacción de algunos que claman por el cambio del actual escudo cuando llenan sus perfiles de twitter con los escudos antiguos. Por otro lado, si tanto les desagrada que se cambie el actual ¿están menospreciando los anteriores que también representaban a la entidad y fueron remplazados? Y qué me dicen de aquellos defensores de la pureza que a la vez que insultan sin pudor a los que no se unen a su cruzada, en sus web y pasquines maltratan nuestra insignia modificándola para mezclarla con símbolos nazis y guadañas. Cada uno con lo suyo, ya ven.

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#elescudonosetoca. Pues eso, a predicar con el ejemplo

Casi igual de sorprendente en este equipo, orgulloso de ser plebeyo frente al señorío impostado de la acera de enfrente, es comprobar el súbito interés de muchos por la heráldica. Inaceptable resulta, al parecer, según los repentinos expertos en la materia, que el oso mire a derechas porque eso implica aceptar derrota ante el adversario. Lo que hay que oir. Si el escudo del Atleti pertenece a la nobleza, de inmediato me borro que mi sangre es roja y blanca, pero de azul nada de nada. Por cierto, tengan cuidado por que lado entran a Sol no sea que vean a la osa por el lado equivocado y caigan desplomados.


En definitiva, seamos sensatos y flexibles. El escudo de siempre no desaparece ni se proscribe. Seguirá siendo un escudo del Atleti como lo es el de su fundación o el de las alas del Atleti de Aviación. Úsenlo, como ya hacemos con camisetas e himnos antiguos, cuando quieran. Pónganlo en su twitter, en su blog, compren esas camisetas retro que tanto se llevan en la tienda del Atleti o en las páginas chinas. Del mismo modo no hace falta que llamen Wanda al estadio, que nadie se lo va a reprochar. Llámenlo Metropolitano o Nuevo Metropolitano, que así se le llamará además de forma oficial cuando juguemos en Champions porque la normativa de la UEFA no admite nombres comerciales. Si se niega a admitir lo de Wanda siempre puede colaborar, en contraprestación, con diez millones anuales para poder seguir haciendo fichajes o evitar el exilio de jugadores. Y por lo demás abran la mente y dejen que el nuevo escudo les vaya entrando poco a poco por los ojos acorde a la modernidad del nuevo estadio y de la expansión internacional del club. Y en vez de enrarecer el ambiente con protestas en los partidos, centrémonos en animar para que un cambio a mejor se haga realidad. Es una sugerencia pero siempre es más fácil indignarse en twitter y seguir a la turba vociferante en el Calderón.

Conversamos en los comentarios y en el twitter de SomosAtleti y del autor del artículo, José Vallés.

23 oct 2016

Perder desde un saque de banda

Simeone no encontró esta vez la solución
No mereció ganar el #Atleti en Sevilla. Quizá, tampoco perder. Pero no se puede considerar la derrota como un resultado injusto. El liderazgo queda atrás, aunque con mucho camino por delante. Se daba por seguro que transitar por el Sánchez Pizjuán no sería sencillo. Pero hay circunstancias de las que no se puede responsabilizar al rival, sino que conviene analizarlas en primera persona.

Tanto en Rostov como en Sevilla se han desperdiciado ocasiones de gol que hubieran simplificado el trabajo del equipo en ambos partidos. Y es Correa el futbolista que más ha destacado (negativamente) en esa faceta. Simeone ha tratado de convertir al argentino en jugador de 90 minutos, y no sólo de la última media hora, ámbito en el que siempre ha sido una referencia. Y en aquellos partidos en los que ha sido titular ha ofrecido trabajo, movimiento y peligro. Pero también, goles claros que terminaron por no serlo. De haber marcado en Rusia una ocasión nada más empezar el partido, el esfuerzo para ganar hubiera sido menor. De haber hecho gol en la ocasión que tuvo en el primer tiempo en Sevilla, quizá el resultado final hubiera sido otro. Aun así, Correa merece contar minutos, y no pocos, porque es una pesadilla para el rival. Sólo necesita afinar los disparos a puerta.

Las tarjetas

Se ha notado al Atleti cansado en la segunda parte (la acumulación de partidos, y los viajes largos de madrugada no ayudan), con menos capacidad de reacción de la que suele ser común, sin la chispa de otros partidos en los que hemos sabido modelar el resultado en la fase final de los partidos. Y la suma de todo eso se ha expresado de forma letal en el gol del Sevilla. Otro día no hubiéramos permitido que un inocente saque de banda en campo contrario acabe provocando nuestra derrota en tres pases.

En la parte positiva, el Atleti ha mostrado una vez más su incansable ansia por ganar cuando ha sido expulsado Koke por doble tarjeta amarilla. La primera ha sido clara. La segunda, más discutible, aunque se puede sacar. Pero aún se puede discutir más si se tiene en cuenta que la vara de medir del árbitro parecía extraviada. El defensa sevillista Mercado, por ejemplo, ha luchado con ímpetu durante todo el partido para ser expulsado. Le podían haber sacado tres o cuatro tarjetas, una de ellas cuando ya estaba amonestado, y exactamente igual que la primera de Koke: por frenar un contragolpe agarrando al rival. Pero Mercado ha podido acabar el partido y también jugará el próximo, cosa que no podrá hacer el centrocampista del Atleti.

No han sido las tarjetas, sin embargo, el motivo de la derrota. El equipo ha luchado por empatar hasta el final, pero hace falta algo más que brega y amor propio para ganar a equipos tan bien construidos como el Sevilla, que se ha mostrado hoy como un aspirante serio a luchar por los títulos. El Atleti, a pesar de la derrota, lo sigue siendo.

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16 oct 2016

El Atleti es una fiesta

Tres goles de Carrasco.Foto:Ángel Gutiérrez/www.clubatleticodemadrid.com

Día de fiesta en el Calderón. Las peñas del club pudieron disfrutar del previo del partido y sobre todo del partido mismo junto al resto de la hinchada. Un encuentro lleno de buenas noticias. El equipo que no tenía gol al inicio de la temporada se desató con siete tantos ante el Granada y ninguno de ellos lo marcaron sus delanteros habituales, ni Griezmann, ni Gameiro, ni Torres. Carrasco, su versión 2.0 que incorpora al regateador una nueva faceta goleadora, fue el que llevó en volandas al equipo desde la remontada a la victoria con un hat-trick, los primeros tres goles de los rojiblancos.   

Hace tiempo que el Atleti supero aquello de "día de celebración derrota segura" pero el recuerdo de aquellos desventurados días tarda en desaparecer y a más de uno se le vinieron a la cabeza cuando Cuenca marcó un tremendo golazo en el minuto 17.  Hasta entonces el Atleti había dominado pero sin tirar a puerta ante un bien plantado Granada que no se complicaba a la hora de sacar el balón lejos de su feudo para no caer en peligrosas pérdidas de balón. Dominio estéril y movimientos lentos que fueron espoleados con el gol visitante.

El problema del Granada con su gol fue que a la misma vez que perdía la concentración defensiva viendo que podía hacer daño al Atleti, el Atleti reaccionaba metiendo una velocidad más en todas sus líneas. Allí donde Carrasco no se atrevía a encarar, ahora sí lo hacía; si hasta entonces Correa había perdido todos los uno contra uno, de repente superaba a sus rivales y conectaba con sus compañeros en combinaciones vertiginosas. El 2-1 logrado justo antes del descanso ponía la tranquilidad y la justicia en el marcador. Sólo algo podía inquietar a la grada: el irregular partido de Godín en su pugna con Ponce. Situación inusual pero de menor importancia si ocurre ante un rival menor y siempre que tenga un compañero como Savic al lado. El montenegrino sigue esperando a que alguien le encuentre un solo fallo desde que empezó la temporada.

La segunda parte fue el fin de fiesta rojiblanco al que se apuntaron todos los que pudieron. Gameiro estuvo algo desaparecido y Griezmann participó poco pero lo que hizo lo hizo muy bien, incluida una magnifica asistencia para el tercer gol de Carrasco tras fabulosa galopada por la banda. Quien aprovechó bien su oportunidad fue Gaitán. Dos goles saliendo desde el banquillo. Llegaron a jugar juntos Carrasco, Gaitán y Correa. Al principio de la temporada se preguntaba a Simeone sobre la dificultad de que jugaran juntos estos jugadores. Hoy lo han hecho y han marcado tres, dos y uno respectivamente. Lo que no logre Simeone... Que los jugadores de segunda línea marquen muchos goles es un sueño cumplido del entrenador y un magnífico síntoma que se ve reflejado en las estadísticas. En ataque estamos en números muy cercanos a los de equipos tradicionalmente muy goleadores como Real Madrid y Barcelona. En defensa nadie nos iguala ni de lejos.

Al grupo de goleadores se unió Tiago, otra buena noticia, tras jugadón y asistencia de Carrasco Jugó un rato junto a Koke en el centro del campo. Seguimos disfrutando con el fútbol del canterano, espectacular en sus pases largos cambiando el juego de un lugar a otro de campo. 

Conversamos en el twitter de SomosAtleti.

25 sept 2016

El Atleti ya está en la cima

Griezmann abrió la lata. Foto:Álex Martín/clubatleticodemadrid.com

Las dos primeras jornadas, ante el Alavés y el Leganés, fueron de susto, pero llegados a la sexta sólo hay que mirar la clasificación para comprobar que estamos ahí arriba, a tiro de piedra, marcando a los rivales, a dos del Madrid, a uno del Barça y con el partido del Camp Nou solventado. Puede parecer que no significa mucho a estas alturas de temporada pero parte del éxito de este equipo, tres veces inferior en presupuesto, se debe a la credibilidad que genera (a sí mismo y a los demás) su posición en la tabla y su regularidad en la victoria. Tras el pinchazo del Real Madrid, ante el Deportivo no se podía fallar pero el reto no resultó tan fácil como se pensaba.


Ya lo dijo Simeone. Al Atleti le cuesta superar a los equipos que vienen al Calderón a encerrarse y ese es el empeño a superar cada día por los rojiblancos. El Cholo sigue probando con equipos ofensivos en casa, con cuatro arriba de los que saben combinar, jugar rápido, regatear y disparar. Las rotaciones pensando en el importante partido del miércoles ante el Bayern Munich dejaron a Gameiro en el banquillo y premiaron a Correa con la titularidad después de sus buenas actuaciones saliendo en los minutos finales. Visto el encuentro ante el Deportivo las conclusión es que aún queda mucho por afinar. El síndrome del Alavés sobrevoló por el Manzanares cuando con el Atleti se estrellaba ante la portería de un Deportivo que jugaba menguado con un jugador menos. Griezmann volvió a aparecer para abrir la lata y solucionar el partido a pase de Gameiro. Pero hubo que esperar una hora...

Venía el Deportivo como víctima al Calderón a tenor de las estadísticas de los últimos años pero su entrenador, Gaizka Garitano, siente una especial motivación al enfrentarse al Atleti de Simeone. A sus jugadores les invita a la guerra, a doblar la intensidad de los rojiblancos. Bien posicionados en el campo, los deportivistas se emplearon a fondo en el juego subterraneo (y terraneo) con constantes interrupciones del juego. Al Atleti le costó llegar a la portería de Lux. Correa, Carrasco Gaitán y Griezmann apenas conectaron en un par de ocasiones pero tanta sobreexcitación a la hora de no dejar controlar el balón a los jugadores atléticos le pasó factira a Faycal, que acabó expulsado al filo del descanso por doble amarilla.

La segunda parte fue un asedio en busca de la combinación que permitiera penetrar en el área deportivista. La entrada de Gameiro, escorado en los costados del área para aprovechar mejor su velocidad, permitió sorprender con un centro al que dio caza Griezmann. Bajando a recibir para dar salida al balón, jugando como extremo, trabajando en la presión o como delantero centro, el francés apunta maneras de jugador total y va camino de batir records goleadores este año.



El partido del Atleti estuvo condicionado por dos desgraciadas lesiones. Augusto se pierde casi toda la temporada por una nueva lesión de ligamentos, esta vez en la otra rodilla, no la que se lesionó el pasado año. Giménez se fue igualmente del campo con una rotura en el abductor. Lucas le sustituyó cuajado un partido impecable. Una gran noticia, dentro de la desgracia, comprobar que el cuarto central está a tan alto nivel cuando casi nunca va ni siquiera convocado a los partidos.

Conversamos en el twitter de SomosAtleti