Tiago estuvo imperial. Foto:www.clubatleticodemadrid.com |
El Atleti no sólo ha ganado un partido de fútbol, y sus tres puntos correspodientes. El Atleti ha plantado en el Bernabéu las raíces hondas de una crisis de la que al Madrid le puede costar salir. Desde que Arda hizo el segundo gol, el madridismo ya duda de todo: de su portero, de sus defensas, de sus fichajes, de sus galácticos, de los que se fueron, de los que no vinieron y, sobre todo, de su entrenador y de su presidente.
El Barcelona es más que un club; es una institución política. Y el Real Madrid es más que un equipo de fútbol; es un parque temático. Cada cual hace con su dinero lo que quiere, pero los resultados desmontan mitos. En los despachos del Bernabéu hace tiempo que decidieron convertir al Madrid en un parque temático. No fichan lo que necesitan. Allí se ficha lo que llama la atención del mundo. Si la mujer barbuda jugara al fútbol, la contratarían para vender camisetas. Pero no siempre se tiene la suerte de meter un gol en el minuto 93 de una final de Champions, ni todas las veces el árbitro alarga el partido cinco minutos, para darte esa opción. A veces la fortuna se cansa de echar una mano.
El Atleti ha dejado claro en la Supercopa de España y en el partido de Liga que a fecha de hoy es el mejor equipo de Madrid, y sin parques temáticos. El Atleti es sólo un equipo de fútbol. Y tiene los conceptos muy claros: ya no se juega con complejo de inferioridad ante nadie, y aún menos ante el Real Madrid. Eso no lo permite Simeone.
La faena de Arda
El partido deja, además, importantes lecciones: el Atleti juega mejor con Tiago. El portugués dio un recital. Maneja los partidos con maestría. Roba balones, saca la pelota hacia los compañeros, y hasta hace goles. Un completo.
Aún habrá que trabajar mucho para que Mandzukic aporte más al equipo. Seguimos echando de menos a Diego Costa. También añorábamos a Arda, y volvió para hacer una faena de las suyas. En un momento difícil para el Atleti, el turco supo fabricar lo que más necesitaba el equipo: tener un poco más la pelota, para que el rival la tenga un poco menos. Ya nos ha pasado en más derbis que el Atleti tiene fases del partido en las que queda a merced de los arrebatos de pasión del Madrid, y no conseguimos tener el balón. En uno de esos ratos de debilidad, el Madrid nos ganó la Champions. Aquella noche, por cierto, Arda no pudo jugar. En la noche del Bernabéu pudo ocurrir lo mismo en la segunda mitad del primer tiempo. Ahí apareció un Moyá inmenso, con dos paradas que evitaron el recuerdo de Courtois. Sensacional.
Los tres puntos del Bernabéu cuentan igual que tres puntos en cualquier otro sitio, pero no valen lo mismo. Hoy, el Atleti vuelven a ganarse el crédito que siempre le niegan algunos. Se siente. ¡Abran paso al campeón de Liga!
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