Arda |
Hay quien ya piensa en afeitarse su barba hispster turkish style o tirar a la basura los rellenos culeros de sus calzoncillos. También quien por despecho o como mecanismo instintivo de defensa filosofa sobre una supuesta vida futbolística acabada (28) o incluso rememora una presunta última mala temporada de Arda Turán repleta de ausencias en partidos importantes. También quien con resignación asume su salida como un suma y sigue en la cuenta de la dirigencia. El caso es que la afición duda y se siente naturalmente perturbada ante la inesperada salida del turco. Sólo una cosa ha de quedar clara, tanto al jugador como a los atléticos: se puede ir Arda Turán pero el "ardaturanismo" se queda, porque ese no está en venta, no se puede vender. No es un consuelo pero cuenta.
Que Arda se vaya duele. Al fin y al cabo muchos íbamos al Calderón básicamente a verle a él; como antes íbamos a ver a Diego Ribas; como antes íbamos a ver a Kun Agüero. De hecho, Arda es el mayor genio que ha vestido la camiseta rojiblanca desde el Kun, otro mago. Y de eso se trata, de magia. El mago esta vez no ha hecho desaparecer un balón de fútbol en su chistera culona sino que se ha hecho desaparecer a sí mismo y la grada se ha quedado con la boca abierta esperando una explicación. "¡Que nos devuelvan el dinero a los que ya hemos pagado el abono" dirán algunos con cierta razón.
Porque el otomano es único en su especie. Su arte es peculiar y tiene esa mezcla argumental que aunque es aparentemente contradictoria combina a la perfección la simpatía y la fiereza; lo mismo destila un aire bohemio y desenfadado que garra espartana; maneras de fino estilista que el desparpajo de un tahúr de tugurio. Una esencia que hemos reconocido como propia, quizás como el compendio de virtudes, no siempre confesables, de muchas leyendas que han vestido antes que él la camiseta. Y a eso hemos venido a llamarlo con acierto; "ardaturanismo"; y posiblemente él mismo sea el primer sorprendido,
Y el "ardaturanismo" está por encima del propio Arda, del jugador. Como el fenómeno de "los torristas", que llevan su pasión por encima del propio Torres y le empujan incluso por encima de sus posibilidades, esté bien o esté mal. Así lo reconoció el propio jugador cuando en el vestuario, al escuchar el griterío de decenas de miles de personas que le esperaban antes de salir en su presentación vino a decir algo así como "yo no se que les he dado para merecer esto". Pues sí que nos ha dado muchas cosas pero seguramente el fenómeno "torrista" tiene también mucho de "nuestro", ese inexplicable "nuestro" que guardamos celosamente para que nadie nos lo copie.
Por eso el "ardaturanismo" no se vende, porque en el fondo se trata de nuestra historia, de nuestra forma de ser, sentir y vivir el fútbol, con o sin Arda. Y así no se vive el fútbol en Barcelona. Y cuánto va a echar de menos la pasión "ardaturanista" en Barcelona Arda Turán si es que finalmente acaba allí... Pues mucho. Pero eso ya lo saben ustedes y lo tiene que saber él. Yo no le deseo mal a nadie y menos a un jugador que me ha dado tantas tardes de gloria, que me ha levantado de la silla tantas veces y me hecho sacar de mis pulmones un "¡ay va, lo que ha hecho!" con tanta pasión. No puedo. Pero tampoco, tengo que ser sincero, le puedo desear mucha suerte si se va a jugar a un rival directo. La experiencia dice que los que se van del Atleti no triunfan, ni son tan felices como aquí. La primera tradición es fácil que la rompa, la segunda ya veremos.
Tampoco puedo echar en cara que un jugador, después de dar muchísimo al equipo, crea acabado su ciclo y pretenda jugar en otro equipo donde le van a pagar mucho más y puede conseguir más títulos. Claro que me hubiera gustado que eligiera a un rival de otra liga pero uno mira por sus intereses como haríamos cualquiera. Más me cuesta entender que no lo haga el Atlético de Madrid. Pensar que vender al Barcelona al jugador de más calidad de la plantilla duele menos que venderlo al Real Madrid es una verdad a medias. A mí particularmente me fastidia igual. Que luego no vengan diciendo que no podemos competir con ellos si colaboramos en la venta habiendo otros equipos de fuera que también pujan por el jugador.
Además, y esto es lo peor, se sienta un malísimo precedente. ¿Qué impedirá el año que viene a Griezmann hacer lo mismo para irse al Barça? ¿Cómo evitamos que los jugadores que fichamos vean al Atleti como un paso intermedio para acabar en el equipo culé? Este tema parecía bien encauzado con el Real Madrid tras evitar las marchas de Kun y Falcao al equipo blanco pero ahora se abre otro frente peligroso.
Ahora queda pendiente que se fiche a un jugador de suficiente calidad como para empezar a olvidar a Arda. No sustituirle porque eso es imposible pero sí necesitamos un hecho diferencial que alivie el mono de magia que vamos a tener cuando no veamos la barba de Turán sobre el campo. Que no tengamos que volver a decir aquello de "No Arda, no party".
Coversamos en el twitter de SomosAtleti y en el de José A. Vallés
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