#Atleti El partido de Málaga era una visita con un ojo el retrovisor y el otro, aunque muy tímidamente, en el equipo de delante. Se pensara más en lo uno o en lo otro, el partido de La Rosaleda exigía no relajarse, especialmente porque el rival, el Málaga, sigue siendo a estas alturas del campeonato un rival directo para los puestos de Champions. Simeone recordó ayer su estreno en el banquillo atlético el 7 de enero de 2012, precisamente frente al Málaga. Pedía a sus jugadores que recordaran aquellas sensaciones que llevaron a levantar un equipo desahuciado. Intensidad y compromiso no han faltado en este partido en el que de nuevo se veía las caras con Pellegrini y cuyo resultado final ha sido el mismo, un empate a cero que refleja perfectamente lo que ha sido el encuentro. Los planteamiento tácticos se han preparado tan bien desde los banquillos por los entrenadores, ya viejos conocidos, que ninguno ha sido capaz de romper el entramado defensivo del contrario.
Había cierto temor a que el equipo pagara el cansancio o la resaca del partido copero frente al Sevilla del pasado miércoles, pero las dudas se disiparon en los primeros minutos del partido. El Atleti salió sin ningún complejo al campo, presionando y jugando con la intensidad que Simeone busca en cada partido. Las mejores oportunidades fueron, eso sí, disparos de media distancia porque la defensa del Málaga se posicionó bien, marcando con oficio a los dos puntas atléticos. En la primera mitad Diego Costa no fue capaz de crear el peligro al que nos tiene acostumbrado en los últimos encuentros.
Eso le llevó a ser el primer sustituido, por Adrián, ya en la segunda parte, un período que comenzó con la misma intensidad y los mismos argumentos que el primero. Su entrada no aportó mayor peligro al ataque rojiblanco. El partido siguió abierto con un cierto mayor dominio del Atlético pero sin crear peligro. Las defensas se siguieron imponiendo a las delanteras de ambos equipos. El relativo control del partido se fue disolviendo con los minutos sin que hubiera oportunidades claras de gol en ninguna de las porterías.
Mereció más el Atleti, que en el tramo final pareció que se contentaba con un resultado que sólo sirve para un propósito, mantener a distancia al Málaga. El Atleti se queda a once puntos del liderato del Barcelona, un abismo imposible por mucha pájara que le entre al equipo culé. Si miramos atrás, un Real Madrid al alza aparece a sólo una victoria, a dos puntos. La buena noticia es que el Atleti ya solo tiene por delante centrarse en la Liga y que tanto Barcelona como Real Madrid tienen que pasar la prueba del Calderón.
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