Tiago, fundamental en el centro del campo |
Quizá sea sólo un toque cabalístico, pero la vuelta de Simeone al banquillo ha coincido con el mejor partido del equipo en estas primeras semanas del campeonato. El chamán del Atleti volvía a estar ahí, cerca de los jugadores y de la grada, para dirigir a todos: a los unos y a los otros.
Y de nuevo hemos visto esa presión que ahoga al rival. Hemos recuperado la pegada que echábamos de menos. Hemos disfrutado del esfuerzo sin pausa... Pero, además, el equipo ha aportado algo más: tenemos el balón en un porcentaje superior a lo acostumbrado, y lo hacemos con criterio.
Arda, Tiago y Saúl
Esa ha sido una carencia del Atleti en muchos partidos. Es cierto que el equipo se siente cómodo cuando esperando al rival, y eso es bueno. Pero igual de cierto es que cuando el contrario tampoco quiere la pelota y te la entrega, tienes que saber qué hacer con ella. Ante el Sevilla se ha goleado dominando la pelota. Y mucha responsabilidad en ese ámbito del juego la tienen Arda (el ardaturanismo se extiende; es una delicia ver cómo esconde la pelota) y Tiago. También Saúl, que ayuda mucho en la tarea, y esa es una magnífica noticia. Con ellos jugamos mejor en esos momentos en los que nos toca a nosotros construir y atacar a defensas pobladas y cerradas. Cuatro goles lo atestiguan.
Es verdad que el balón parado sigue siendo nuestro armamento atómico. Impresiona ver con qué facilidad creamos ocasiones de peligro y goles en cada córner o falta. Las defensas rivales entran en pánico. Nadie nos iguala en ese aspecto. Si Mandzukic, Griezmann y Raúl Jiménez acaban su proceso de adaptación (que ya está en marcha), y aportan más goles de jugada, el Atleti va a volver a ser ese equipo al que resulta tan difícil batir. Ahora, a por la Juve.
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